Problemas de salud, una separación, películas, presiones familiares… seis años tardaría en volver a meterse en un fregado discográfico en concreto en su cuarto trabajo de estudio que vió la luz en el año 1994 en concreto. El cantautor se nos muestra aquí maduro, casi avejentado por las circunstancias, para expresar su intimidad a golpe de guitarras acústicas como esa inicial “Isla de Palma” en la que la percusión de claves y bongos sostienen un ritmo sobre el que reina la voz del cantante, a la que le presta contrapunto una filigrana de flauta.
Uno de los mejores temas de este trabajo con el que Antonio quería reencontrarse con su público o la lentísima balada “Una espina” desarrollada mano a mano, voz a voz entre Antonio y un piano tocado como si fuera un acompañamiento de música de cámara. Y ése va a ser el viento dominante en casi todos los cortes del disco: temas semiacústicos a ritmo medio o lento bien interpretados y un inconfundible aroma a disco de cantautor. Es decir, un producto bastante alejado del blues rock que nos había mostrado en los anteriores, y ya lejanos en el tiempo, discos de los 80. Aunque esto, escrito así en términos absolutos, puede resultar inexacto, pues también hay canciones en una onda más dura como “Arriba los corazones”, una excelente canción que casi roba la presencia al resto del contenido del disco.
Pero también se trata de un disco de homenajes personales. Reconocibles sólo con mirar la lista de títulos de canciones son “Alba”, dedicada a su hija, y otra a “Juan el Golosina”, amigo de su familia. La primera de ellas es una rumba de letra bien sentida y ritmo marcado por bongos, palmas, cajón y guitarra española. Posiblemente, esta canción se ha convertido en el tema más conocido de su creador. El segundo de estos homenajes se mueve a ritmo de rock, contándonos la historia de este personaje, habitual de los programas de cotilleos televisivos.
Buen disco, con muchos más claros que sombras que iba a convertirse en el más vendido del cantante, al que una muerte prematura impidió dar continuidad. "Cosas Mías" abre una nueva vena en la carrera de Antonio Flores, convertido en un cantautor con estimables letras y músicas que buscan más la complicidad del oyente que su admiración. Os dejo con su cuarto corte, ARRIBA LOS CORAZONES.