«Pongamos que hablo de Madrid» es una canción del cantautor español Joaquín Sabina y Antonio Sánchez aparecida por primera vez en su álbum Malas compañías, publicado en 1980.
Tras su regreso a España desde Londres y publicar su primer disco, Inventario, Joaquín Sabina pública su segundo álbum Malas compañías en 1980, en el cual aparece por primera vez la canción «Pongamos que hablo de Madrid», en la que retrata una urbe cosmopolita y veloz y acontecimientos casi cotidianos en ella.
Un año más tarde aparece en el disco La mandrágora, un disco en directo junto a Javier Krahe y Alberto Pérez en el sótano del café madrileño La mandrágora.
En 1981 también el cantante Antonio Flores realiza una versión más roquera del tema en su disco Al caer el sol, por la cual la canción acaba popularizándose, convertida para muchos en una especie de himno o banda sonora oficiosa de la ciudad. Posteriormente el tema también ha aparecido en los discos Joaquín Sabina y Viceversa en directo (1986).
La última estrofa de la canción, en la cual el autor manifestaba su deseo de abandonar Madrid a su muerte, fue finalmente cambiada con el tiempo, declarando su deseo de permanecer en ella.
Aparte de Antonio Flores, la canción también ha sido versionada por artistas tan variados como Reincidentes, Revólver, Enrique Morente, Carmen Linares o Porretas.