Aunque la pista que da título al álbum fue considerada por grupos religiosos estadounidenses como una evidencia de que Iron Maiden era una banda satánica, la canción fue inspirada por una pesadilla de Harris, provocada tras ver la película Damien: Omen II a altas horas de la noche. Además, el bajista declaró que las letras también fueron influenciadas por el poema Tam o' Shanter de Robert Burns. La pista comienza con una introducción basada en el libro de Revelaciones 12:12 y 13:18, de la Biblia del rey Jacobo y leída por el actor Barry Clayton. Según Dickinson, la banda pensó en Vincent Price para que grabara el pasaje, pero se decidió por Clayton debido a que Price insistía en cobrar 25 000 GBP.